Esta mañana he estado preparando el Peladilla para que fuese "guapo" al bautizo de mi primita Lucía, después de levantarme a eso de las diez me dispuesto a lavarlo en la rampa del garaje con el jabón especial para lavar coches que lleva incorporado cera para darle brillo. Una vez lavado y mientras se secaba he limpiado los cromados dejándolos tan brillantes que deslumbraban al reflejar el sol mientras iba a llenar el deposito. Antes de comer he estado colocando cinta adhesiva de doble cara en el anagrama trasero para poder pegarselo y llevar el Peladilla completo.
A las cuatro y media, después de comer he ido a buscar a Carolina para ir al bautizo por nuestra cuenta porque mi padre saldría después y ya nos cogería por el camino. Como suele pasar cada vez que alguien lava su coche se ha puesto a llover de camino haciendo que el Peladilla llegase sin brillo a Madrid, donde casi me salto un semáforo en rojo, bajo la mirada de mi padre que me ha seguido hasta el aparcamiento.
Al finalizar el convite hemos vuelto a casa sin prisa alguna, atravesando todo el barrio de Fuencarral hasta salir a la carretera de Colmenar escoltados por mi hermano al que perdí de vista en cuanto salimos a la carretera, en la cual todo los coches que me adelantaban se quedaban mirando, cosa a la que ya estoy mas que acostumbrado.
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